Hielografías, 2018

Producto de la relación cercanía física que el artista mantuvo con el perímetro del glaciar, surge esta serie de trabajos, determinada por las condiciones atmosféricas del entorno. La dificultad de encontrar enclaves idóneos junto al límite del hielo y la roca para colocar la tienda de campaña, unida a los largos períodos de espera impuestos por las condiciones lumínicas requeridas para la realización de tomas fotográficas ayudó al artista a experimentar con los pigmentos minerales que impregnan la neviza y el hielo del que se desprenden del borde del glaciar.

Hielografías, 2018, son impresiones producidas por contacto de fragmentos de nieve y hielo desprendidos del borde del glaciar, depositados sobre papel de acuarela, generando huellas de apariencia fosilizada producidas por un proceso de fusión-evaporación.

Para que se produzcan éstos registros, el artista dispone gruesos papeles de acuarela sobre superficies planas contiguas al glaciar, depositando sobre ellos fragmentos de hielo y nieve que recoge de su borde. El contenido de pigmentos y restos minerales que acumula la superficie del glaciar en verano es producto de los sucesivos procesos de fragmentación de rocas y acumulación de polvo y tierra, en ocasiones proveniente del desierto del Sáhara, a lo largo del tiempo.

Después de disponer los fragmentos sobre el papel, el artista supervisa el proceso de fusión para evitar que la acumulación de agua producida por la fusión del hielo y la nieve desborden el papel. Este proceso, que dura entre 20 y 36 horas, da como resultado la impresión de un rostro fantasmal, bello y trágico, metáfora del gesto paradójico de pretender recordar el glaciar acumulando las huellas de su desaparición.