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Entrevista Revista Ojos Rojos.

Por Mili Sánchez y Mike Steel, 2014

En este número intentamos adentrarnos en el mundo del fotógrafo Javier Vallhonrat. Como es costumbre empezamos con nuestras preguntas habituales para pasar luego a la entrevista. En ella  le preguntaremos, aparte de otras cosas, sobre su nuevo trabajo llamado 42ºN. Este trabajo está enmarcado dentro del programa Tender Puentes impulsado por el Museo Universidad de Navarra. El proyecto consiste en crear un trabajo nuevo a partir de los fondos fotográficos del siglo XIX  que posee el  MUN.

¿Cómo empezaste en este oficio?
Estudiaba Bellas Artes y alguien me ofreció trabajo como asistente. Pero el gusanillo ya estaba ahí desde antes.

¿Te acuerdas de cuál fue tu primera cámara?
Una Yashica reflex de 35 mm.

¿Cuál fue la primera foto o fotógrafo que te impresionó?
Fotógrafo. Ortiz Echagüe e Irving Penn. Debía tener como 14 o 15 años.

¿La última foto o el último fotógrafo que te ha hecho sentir lo mismo?
James Casebere.

¿Con qué cámara sueles disparar? ¿Te da igual una que otra?
Con una Linhoff Master Technika. Me da un poco igual, no soy nada fetichista, pero soy muy exigente con el resultado.

¿Tienes una óptica favorita?
150 mm.

¿Horizontal o vertical?
Depende del propósito.

¿Qué prefieres disparar a tiempo y hacer lo que esperabas o no llegar a tiempo y sorprenderte?
Soy muy freak del control, pero la vida me hace putadas y me sorprende todo el rato. Voy aprendiendo a dejarme ganar.

¿Reencuadras las fotos?
Si, pero disimulo.

¿Cómo te has adaptado al mundo digital?
Por cojones.

¿Digital o químico? ¿Porqué?
Las cámaras de gran formato son insustituibles para el tipo de trabajo que yo hago, aunque desde hace 10 años hay gente que se aventura a intentar convencerme de lo contrario. Me gusta la combinación de cámara de gran formato y película.

¿Que películas utilizas?
La que queda en las estanterías, que cada vez es menos.

¿Retocas las imágenes? ¿Con que software?
Photoshop.

¿Cómo ves el panorama a día de hoy?
Lleno de Iphones y de Apps.

Hola Javier, en el número anterior entrevistamos a Javier Campano  y le preguntamos si era coincidencia que su hermano Miguel Ángel  fuera un pintor reconocido o si tenía que ver con el ambiente familiar en el que crecieron. Tu hermano Valentín es también un gran fotógrafo así que creo que podríamos empezar preguntando lo mismo. ¿Fue el ambiente familiar lo que propició esta creatividad o fue pura coincidencia?
Supongo que las dos cosas. Nuestro padre, Valentín, fue un gran aficionado a la fotografía. En casa había libros de fotografía con fotos de grandes maestros, entre ellos la colección de libros de Ortiz-Echagüe. Recuerdo mirarlos con fascinación con 13 o 14 años.
Antes de licenciarte en Bellas Artes ya empezaste a exponer tu trabajo, incluso en la feria de arte de Madrid, ARCO. ¿Tenías claro desde un principio que querías dedicarte a la fotografía? ¿Cuándo te diste cuenta de que eras fotógrafo, si es que te consideras como tal?
No lo tenía claro, en un principio me interesaba la pintura. Poco a poco me fue picando la curiosidad. Desde mis primeras series ya me coloqué en un lugar ambiguo, produciendo obras que incorporaban fotografía, construyendo escenografías o trabajando con puesta en escena.
Siempre me han interesado los terrenos limítrofes, en ellos se produce una tensión que a mí me activa mucho.

Tu trabajo comercial también empezó con fuerza y pronto te labraste un nombre en el  difícil mundo de la fotografía de moda, llegando a publicar en las ediciones Italianas y francesas de la revista Vogue . ¿Qué fue lo que te atrajo de este tipo de fotografía? ¿Fue una decisión consciente o la vida te fue llevando en esa dirección?
Bueno, con 20 años me empezaron a ofrecer trabajos, se me daba bien y al principio era un mundo que me fascinaba. Era el final de la España de Franco, oscura y gris, y en ese mundo de la pre-movida, en la moda comenzaba a brillar algo. Luego, cuando comencé a trabajar en el ámbito internacional, fue el aprender con personas que admiraba (directores de arte, redactoras, diseñadores) unido al éxito que tenía lo que me interesó durante un tiempo. Luego el atractivo fue desapareciendo y me aburrí de las limitaciones.

Nunca has dejado de trabajar en proyectos personales y parece que con una libertad absoluta. ¿Se debe esto a que, como decía en una entrevista Duane Michaels, podías comer con tu trabajo comercial o docente, y esto te permitía no dejarte manipular  por modas, el mercado, galeristas, etc.?
La idea de libertad absoluta es atractiva, pero irreal. Es verdad que yo he mantenido una gran independencia, y la mantengo por encima de todo, pero existen condicionantes internos con los que uno se confronta todos los días: miedos, inseguridades… Ya nos manipulamos sólitos, así que como para dejarse manipular por otros…

En la entrevista que le hicimos a Rafael  Sanz Lobato le preguntamos por cómo le había influenciado el  ser galardonado con el Premio Nacional de Fotografía. Nos contestó que le llegaba tarde y que era un poco incordio todo lo que conllevaba. Tú fuiste el   segundo receptor del premio después de su creación en 1994. ¿Cómo te influenció?me imagino que  fue una gran responsabilidad. ¿Crees que a ti te llego demasiado pronto? (esto no significa que no creamos que te lo merecieras. Risas). La verdad es que no me afectó mucho. Por supuesto que me halagó, y ese reconocimiento a mi carrera me dió cierta seguridad, pero no pensé mucho en ello. Me llegó en un momento en el que en mi vida pasaban muchas cosas, estaba desbordado por demasiados acontecimientos vitales.

Desde muy pronto en tu trayectoria, se nota en tu obra una influencia del arte minimalista. Incluso al ver algunos de tus trabajos  he llegado a pensar que eran  un kōan para poner a prueba al espectador. ¿Es cierta esta influencia?, ¿se debe a una huida del mundo de la fotografía  de moda de tus primeros años o a una negación de la concepción formal de la fotografía?
En mi trabajo hay influencias de muchos tipos, pero es cierto que el arte de los 60 y 70 ha ejercido una influencia  capital en mi trabajo: Carl André, ciertos artistas relacionados con el  Land Art, con el conceptualismo… El aire kōan que se puede percibir en mis trabajos tiene que ver con ese colapso del pensamiento racional en su intento de sustituir la experiencia de la resonancia de las obras en el interior del ser. Me interesan las obras que me desafían, que me colocan en un lugar nuevo, donde se da algún tipo de alumbramiento, de salto cualitativo en mi mirada, en mi pensamieto y en mi experiencia.

Eres licenciado en Psicología y Psicoterapeuta Gestalt.  En tu trabajo “Cajas” creo ver una influencia de esta corriente psicológica , incluso en tu último trabajo  42ºN creo que se aprecia de una manera  mucho más sutil. ¿Es así?
En Cajas tal vez hay más de experiencia contemplativa que de Gestalt, aunque tal vez por aquello del «vacío fértil» se podría relacionar.  En 42ºN, hay mucho de generar sentido desde la sensación, desde una fenomenología de la imagen. Imagino a un espectador que comenzara a decir «me pasa esto, experimento esto», y desde ahí pudiera abordar otros campos de experiencia y de sentido.

A lo largo de tu trabajo, vemos unas reflexiones importantes sobre el espacio y el tiempo. ¿Crees que en tu  último trabajo, (42ºN inspirado en las fotografías de 1853 que tomó Joseph Vigier en los glaciares de los Pirineos) por fin se funden ambas reflexiones?
Sin duda el espacio y el tiempo forman parte de las tramas argumentales de mis trabajos. Tal vez más en mis trabajos anteriores al 2000. Con series como ETH, y más aún desde Acaso, empiezo a interesarme en una aproximación más emocional y simbólica a la representación del mundo, y comienzan a introducirse otras preocupaciones de orden menos filosófico o teórico, mas vitales.

Utilizas desde hace mucho tiempo la combinación del video y la fotografía para expresarte y en tu último trabajo lo vuelves a hacer. ¿Cuáles son las limitaciones que le encuentras a cada medio para decantarte por uno u otro?, en otras palabras, ¿Qué te da el video que no te ofrece la fotografía y viceversa?
No elijo trabajar en uno u otro medios por huir de sus limitaciones, sino aprovechando sus límites.  De la fotografía me ha interesado siempre su carácter de «cosa», su estaticidad, su ambigüedad narrativa. Del vídeo, la construcción de sentido complejo, su densidad lingüística.

Aunque tu fotografía no tiene mucho que ver con la de Diane Arbus, ¿crees que esta frase suya podría resumir el concepto de tu trabajo? “A picture is a secret about a secret, the more it tells you the less you know” (Una fotografía es un secreto sobre un secreto, cuanto más te dice menos sabes).
Me gusta mucho esa frase. Creo que el mundo encierra muchos secretos, somos seres muy misteriosos en un mundo misterioso, aunque hay quien se empeña en soñar que todo está en wikipedia y al final nos creeremos que la realidad es eso que cabe en google. Por eso me gusta que todas las fotos que me interesan se vean mal en Internet.

Para acabar, nos gustaría saber cuándo podremos ver tu último trabajo y si ya tienes algún proyecto nuevo en mente.
Os iré diciendo. El MUN de Navarra presentará Interacciones a principios de 2015, aunque probablemente se puedan ver en el próximo ARCO algunas imágenes relacionadas con este trabajo.
Hasta finales de 2014 estaré sumergido en este proyecto, que incluye los trabajos de 42ºN